“Lo que realmente importa es el Legado”
El pasado abril en España, fuimos testigos de más noticias dramáticas y violentas. Un niño de 13 años había matado a un profesor y herido a otros compañeros en su instituto. Automáticamente los medios de comunicación sentenciaban al agresor haciéndose eco de una institución, y etiquetando el episodio de “brote psicótico”. Sin ser un experto en psicopatía, el hecho de que un niño tenga la sangre fría de levantarse una mañana, preparar una mochila con armas hechas a mano con ayuda de papá, ingredientes para hacer un cóctel molotov, y una lista con los objetivos, no solo dista de ser un “brote” de ningún tipo, sino que además advierte una clara y temeraria premeditación. Seguidamente, se iniciaban las explicaciones de tan horrible suceso, entre las que encontramos que el niño era fan de una serie de televisión, calificada para mayores de 18 años dado su contenido explícitamente violento, sexual, gráfica, y verbalmente, que se emitía entre semana a partir de las 22:30 y que – gracias a los anuncios – terminaba después de las 00:30.
La siguiente noticia trataba una pelea entre niños del mismo rango de edad, esta vez en un campo de fútbol, que alimentados por el público se enzarzaron a pelear unos contra otros, y en varias ocasiones. Tal vez los unos siguiendo el “ejemplo de los profesionales”; y los otros, de los grupos violentos que tantas veces hemos visto y recientemente han protagonizado altercados con resultados igualmente graves. No obstante, lo peor fue ver las reacciones de los padres, realmente degradante y triste para sus hijos, ya que eran quienes incitaban a la pelea mientras insultaban a los árbitros y a los jugadores del otro equipo… todos de entre 13 y 15 años.
Más tarde ese mismo día, un representante de una cadena de televisión anunciaba sus magníficos resultados, mencionando la “responsabilidad social” como valor de su cadena, pero me gustaría haberle escuchado desarrollar ese concepto, porque puede que no incluya a la Infancia y la Adolescencia. Estos días me he dedicado a ver las clasificaciones de edades para las películas, y ciertamente, considero que esa persona no es consecuente – ni consciente – con lo que “no miden” en su cadena; esto es, las ingentes cantidades de violencia que “no califican” para mayores de 18.
En mi caso, a la edad de 13 años no era bueno en deportes pero mis padres hicieron lo posible para que practicara todos los que pudiera, siempre animándome a participar y pasarlo bien. Tampoco me entusiasmaba leer, pero lo fueron intentando con libros diferentes, hasta que dieron con los libros de Los Cinco y Los Tres Investigadores. Básicamente consiguieron engatusarme para hacer actividades en las que merecía la pena invertir tiempo y esfuerzo, pero sin presiones.
También era fan de los Vengadores, superhéroes que defendían el bien común y a la Humanidad contra las amenazas existentes. No recuerdo que insultaran a nadie, y por supuesto no había contenido sexual ni verbal explícitamente violento. Lo que sí recuerdo es que entre semana, a las 22:00 estaba en la cama, y que mis padres supervisaban el tiempo, las películas y las series que veía. Casualmente, el pasado martes estaba viendo sobre las 22:45 la película Iron Man (clasificada para mayores de 12) cuando el protagonista sentenciaba con rotundidad: “lo que realmente importa es el legado”. En ese momento, empecé a pensar en cuál había sido el rol de mi familia en ese legado, y cuál sería era el nuestro, en referencia a las generaciones futuras. Tras los acontecimientos descritos, concluía en que todos tenemos parte de responsabilidad en los episodios violentos que se están dando en nuestros días, sobre todo entre jóvenes.
¿Porqué unos padres permiten que sus hijos vean películas o series que son calificadas para mayores de su edad?, ¿Porqué, independientemente de la edad que marque la pantalla, permiten que sus hijos se queden viendo la televisión un día entre semana hasta pasada la media noche? ¿Porqué hay niños que, en lugar de leer un buen libro de aventuras antes de dormirse, se quedan jugando con pantallas sin controlar ni a qué juegan ni hasta qué hora? ¿Porqué las cadenas de televisión programan entre semana películas para menores de 18 años a partir de las 22:30 de la noche? ¿Porqué los legisladores siguen sin ajustar la edad penal del menor a la gravedad de sus actos? ¿Porqué los futbolistas, salen impunes de un acto violento, o de incitar a la violencia? ¿Porqué no se prohíbe la presencia de unos padres que incitan a sus hijos a la violencia en un evento deportivo?
Si como dice el Hombre de Hierro, “lo que realmente importa es el legado”, todos y cada uno de nosotros debemos empezar a actuar en consecuencia, y al menos en cuestiones de Infancia y Adolescencia, procurar dotarles de lo que mejor se adapte a su desarrollo integral, como miembros de una Ciudadanía Global Humanizada. Una cosa que tenemos en común con los superhéroes y a veces olvidamos es que estamos siempre de guardia. Podríamos empezar prestando atención a las clasificaciones de edad en películas y series (y también video juegos), aunque siendo consecuentes con lo anterior, aumentaría lo anunciado al siguiente nivel; esto es, si veo una calificación para mayores de 14, lo subiría a 16, y si es para mayores de 16, a 18. Ya que el Hombre de Hierro es un personaje de ficción, es conveniente que intentemos hacer lo posible por mejorar las situaciones presentes día tras día, centrando los esfuerzos en proyectar el “Legado” que queremos para el futuro.
Autor: Dr. Gonzalo Torquemada
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